Sor Elaine Castro Matheuz, O.P.

Del 01 al 07 de agosto, la Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima llevó a cabo sus ejercicios espirituales como preparación para el II Capítulo General Intermedio. El retiro tuvo lugar en la comunidad Casita de la Virgen, en El Valle, estado Mérida, y convocó a 29 hermanas capitulares. El objetivo fue reflexionar sobre las características, claves y pilares del liderazgo Dominicano desde una perspectiva Congregacional, orientada a la evaluación y planificación del próximo trienio.

El tema central, “El liderazgo Dominicano Congregacional”, fue desarrollado por Fr. Wilson Fernando Mendoza Rivera, O.P., fraile de la Provincia San Luis Bertrán de Colombia. Durante el retiro, Mendoza citó pasajes del Evangelio de Marcos para fundamentar las lecciones de liderazgo, enfatizando que “un líder debe asumir responsabilidades aun en su fragilidad” y que el liderazgo efectivo requiere una visión integrada: ver desde la proa del barco para saber hacia dónde vamos, y sostener la popa como base de lo que gobierna. En sus palabras: “el mejor líder no solo mira la proa (el futuro) sino que asegura la popa, es decir, su centro en Cristo”.

Además de las reflexiones sobre el liderazgo de Moisés, Elías, Jesús y los discípulos, el retiro profundizó en los carismas de la Iglesia y en el liderazgo de Santo Domingo de Guzmán y Madre Georgina Febres Cordero Troconis. Las charlas resaltaron las características, claves y mentalidades necesarias de un líder, así como la importancia de trabajar desde una mirada carismática y comunitaria para la renovación de la Congregación.

El retiro espiritual convocó a una reflexión sobre las virtudes y las contradicciones contextuales como parte de una fortaleza resiliente. Se destacó la necesidad de interpretar los signos de los tiempos como llamados para avanzar, y de practicar una misericordia que combata estructuras injustas mediante obras concretas de caridad. En este marco, se enfatizó la necesidad de afrontar desafíos de: humanizar, construir una fraternidad basada en la caridad, afrontar la desigualdad y fomentar la solidaridad creativa.

Fr. Wilson Mendoza, O.P. predicador de los ejercicios espirituales.

Una renovación congregacional, sostuvo Fr. Wilson, exige “Verdad con rostro humano, diálogo con la cultura usando una pedagogía sensible y el liderazgo de Madre Georgina como profecía encarnada”. El testimonio de Madre Georgina se presentó como una síntesis entre la búsqueda intelectual de Dios y la misericordia que acoge el grito de los pobres, en un mundo marcado por crisis de sentido y desigualdad espiritual. Su carisma fue descrito por el sacerdote como: “un antídoto para humanizar desde el amor que libera”.

A la luz de las experiencias del retiro, las hermanas capitulares quedaron invitadas a traducir estas reflexiones en acciones concretas para el trienio que se avecina, con un marco de liderazgo participativo y meridiano en el carisma dominicano. Los ejercicios espirituales fueron concebidos como una “profecía encarnada” que orientará la labor de la Congregación hacia una mayor cohesión, servicio y testimonio.