Sor Elaine Castro Matheuz, O.P.
En la capilla de la casa general San José de la Sierra, en Mérida, el 30 de agosto se vivió una celebración de especial cercanía y comunión para la Congregación Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima. Este día se celebra de manera particular la devoción a Santa Rosa de Lima, patrona de la Congregación en Venezuela, cuya espiritualidad guía la vida de las hermanas y su servicio en la Iglesia. La Eucaristía, presidida por Fray José Alberto Suárez Alemán, religioso franciscano, reunió a la comunidad para honrar a la patrona y agradecer a Dios por la consagración religiosa: Primera Profesión de Sor Aurora del Carmen Mora Colmenares; la Renovación de Votos de Sor Sandra Karina García Moreno, Sor Katherine Daniela Castillo Serrano, Sor Kerlet Yeraldin Gómez Rosales, Sor Mayarlyn Efigenia Mancipe Méndez, Sor Ylda Yamilet Mora Mora, Sor Saraí Guadalupe Manares Chourio; las Bodas de Oro de Sor Aura María González García; y las Bodas de Diamante de Sor Benita Vera Quintero y Sor Gerónima Angarita Palomares. Esta celebración fortalece la centralidad de Santa Rosa de Lima como guía espiritual de la comunidad y motiva a las hermanas a continuar su labor con fe, alegría y entrega.
La celebración comenzó con la procesión de entrada y unió a las hermanas en una oración compartida, llena de gratitud y esperanza. En este sentido, la maestra de Novicias llamó por nombre a Sor Aurora del Carmen Mora Colmenares, que avanzó hacia su Primera Profesión rodeada de miradas de cariño y oración. Durante la celebración, la pregunta que acompaña cada inicio de consagración resonó entre todas las hermanas: “¿Qué pides a Dios y a su Santa Iglesia?”, y la novicia respondió: “La misericordia del Señor y la admisión en esta Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima”.
Por otra parte, la homilía invitó a mirar la espiritualidad femenina desde una óptica de cercanía y ternura, recordando que la entrega a Dios puede abrir caminos nuevos y vivos. “La mujer va por otra vía, por la vía de la sensibilidad, de la ternura, del amor, de descubrir a Cristo esposo” expresó Fr. José. Estas ideas llamaron a reconocer la belleza de la vocación como testimonio público de fe y amor.
En el corazón de la celebración, las hermanas que emitieron y renovaron sus votos en presencia de Sor Emérita del Valle Ávila Urribarrí, O.P., Superiora general de la Congregación lo hicieron con la bendición de una familia que acompaña, escucha y sostiene. El anuncio de la llegada del Esposo –“salgan a recibir a Cristo el Señor”– recordó que la vida consagrada es un caminar en comunidad, con el deseo de vivir cada día en esponsales con Cristo.
Entre los gestos de primera profesión, destacaron la entrega de las insignias a Sor Aurora Mora: el velo negro, símbolo del sacrificio para mantener limpio el corazón; el crucifijo, signo de la opción por Jesucristo; y la entrega de las Constituciones, guía para vivir la consagración con caridad y fidelidad, quedando presente la idea de que la vida comunitaria es escuela de amor, escucha y servicio.
La ceremonia celebró también los 50 años de consagración de Sor Aura González, mujer consagrada a Dios desde la misión como educadora y predicadora en diferentes contextos de la sociedad. Su renovación de consagración estuvo simbolizada en la entrega del anillo, símbolo de la alianza y la fidelidad a Dios.
Las palabras de esperanza y oración invitaron a seguir viviendo la vida consagrada con humildad, ternura y fortaleza, durante la celebración se fortalece la misión de las Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima, para continuar sembrando vocaciones y llevar consuelo, predicando la misericordia de Dios desde el testimonio de fe a la Iglesia, siempre desde un corazón fraterno y acogedor.